Las hemorroides pueden afectar a cualquier persona, joven o viejo, hombre o mujer. Pero ciertos cambios pueden aumentar la incidencia de estos visitantes incómodos, incluidos cambios en el estilo de vida como aumento de peso, mayor inactividad y embarazo.
De estos tres, el embarazo es principalmente, en donde difícilmente se puede evitar. ¿Qué es a lo que se pueden enfrentarlas mujeres cuando están embarazadas?
Compartimos este relato hecho por una mujer que habla sobre su experiencia acerca de las hemorroides en el embarazo:
“Imagínese pasar el día sintiendo un dolor punzante en una de las zonas más sensibles de su cuerpo. Eso es decirlo suavemente. Digamos que a veces pienso que mis hemorroides en realidad tienen latidos. Duele sentarse o usar ropa interior ajustada”.
La idea central del artículo no es solo que las hemorroides pueden aparecer durante el embarazo, sino que pueden persistir mucho después de que termine el embarazo. Es cierto que una vez que estos vasos se han estirado o tensado, sus posibilidades de contraer un segundo caso de hemorroides pueden aumentar.
El embarazo hace que aumente el volumen sanguíneo y disminuya el retorno venoso de las piernas y, como resultado, la piel debe expandirse para adaptarse a esa expansión del volumen sanguíneo. Esto ocurre en todo el cuerpo, incluida la piel alrededor de la abertura anal, llamada piel perianal. Este es el lugar donde se desarrollan las hemorroides externas y las marcas anales estéticamente desagradables.
Además, algunas mujeres sufren estreñimiento durante el embarazo, lo que las hace pujar al defecar. El empuje excesivo conduce a hemorroides inflamadas y al empeoramiento de las lesiones de la piel perianal.
Cuando los tratamientos tópicos y el manejo médico ya no funcionan, es hora de visitar a su médico especialista en hemorroides y proctólogo experto.